miércoles, 8 de julio de 2009

Poema de los olvidados


Hace falta mirar
los lados ocultos de las sombras
atisbar
en fracciones de tiempo
los tañidos de los campanarios
el ruido flagelante de las balas
llorar la muerte de los redimidos.
Aquellos nuestros
que escribieron por montañas y llanuras
el color de los gritos
las miradas mutiladas
el filo de los cuchillos
penetrando las mañanas.

Ellos eran hermanos
del pétreo estruendo
de cabelleras invencibles
trotando
la espesura de los bosques
sublevando
el caudal de los ríos
profanando
 la inmensidad del ande.

Eran mis hermanos
ocultos entre el sol y el peñasco
descendiendo
a las comarcas del maíz eterno
confundidos
entre pumas y misterios
hambrientos de justicia
sedientos
del amor que guardan las mañanas.

Ellos eran felices
por la nada
su naturaleza
era del color de la tierra
se pintaban el rostro
con la miel recogida en cántaros de gloria.
Ellos eran mis hermanos
los mataron
los barbudos de la modernidad
los miserables
 que se ocultan en la niebla
y rinden culto
al dios de las metrallas.

Eran mis hermanos
tan felices como el rayo
tan certeros
como su estruendo
cobijados en mantas de sol
siempre listos
 para escalar las estrellas
amando en sus covachas.