Te encuentro vertida
como el agua
distanciándote a gritos
entre el silencio de las brumas
y el arrebato del sol en las cortinas.
Se enumera el silencio
huyendo de mi
y las sombras
tejen sombreros en los confines
arrebatándole luz al concebido.
Es el misterio
de los peñascos
que agrietan el horizonte
coronando de estrellas
los paisajes.
Y en la última cimiente
la tierra arrebata la vida al algarrobo.
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