A veces no se canta
en el umbral de las pasiones,
ni en el paréntesis
de las miradas desafiantes;
es un acto descifrado en los estímulos,
en la corteza oculta de la carne.
Es la misma sensación
de fríos y lamentos
en la espesura de los cuerpos.
Es la carta mutilada en los aciertos
de ser común en la vorágine
en los espacios vulnerados de la muerte.
Y no basta filosofar,
contrariar los tiempos en argumentos inútiles
presagiando abismos
entre la piedra aborigen
y la involución de las especies.
entre la piedra aborigen
y la involución de las especies.
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