Los paisajes
en su horizonte
señalan distancias y emociones,
son las cartas marcadas
en su rastro de humanidad y soledades;
ocultan
el rastro pedregoso de los tiempos.
Ellos son,
los mágicos descensos
del hombre en su rutina;
la escritura melodiosa
que copa sus recuerdos.
Mi vista abarca tempestades,
callecitas que bifurcan los silencios,
faroles que iluminan las miradas;
no más recuerdos
en los patios seculares,
en los ruidos contagiantes de la muerte.
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