En los muros de Naymlap
En este muro está
cautiva la esperanza,
los sueños rotos
entregados como
ofrenda,
silenciosamente entre
conchas y abanicos.
Se siente el lamento
profano de los cautivos,
la mirada destellante,
y los escalofriantes
gritos
en las arenas
humedecidas por la sangre.
A pesar del tiempo
y del olvido sonoro de
los cántaros,
sigue el lamento de las
doncellas,
los cánticos rutinarios
por el amor a la lluvia,
el brillo del metal
cobijándose a los ojos.
Y el galopante fuego de
los arenales,
es un manto marchito
que sacude de tiempo
los muros del misterio:
Naymlap sigue bebiendo
la sangre de los vencidos.
MANCORA
En el agua estás
vertida
y el silencio de tu
rostro me trasmite el deseo
de no amarte,
de caminar descalzo por
tus agitadas olas...
Y tal vez,
amarte al final
de los acantilados,
en los vacíos perennes
de la muerte,
en los ojos marchitos
de los suicidas sin nombre.
Eres el inventario azul
de mis días de noctámbulo,
de cazador fortuito de
hienas y fantasmas,
y en tu negro cabello
se agitan flores
albinas y moluscos tiernos.
Doncella del mar,
cuánto te extraño en
los umbrales,
en los caminos rotos
por la cresta de los mareajes,
en los profundos
espacios negados por la arena:
ahí tan simple como
etéreo yace mi cuerpo en tus recodos.
Te deseo
vital y humana
para sembrar de espuma
las penumbras!
Psicosis del miedo
Podría deletrear tu nombre galopando sobre el fuego
Y de pronto
quedaría ese espacio grotesco
mirando nuestras sombras.
No es solamente equivalencia,
de masa abierta o paréntesis del tiempo,
sigue siendo tu sombra
agitándose
entre manos grotescas
y posesivos gritos.
Es el retrato inverso
de un rostro escondido en el espejo,
una hoja marchitándose
en el labio azaroso de la muerte.
Podría no ser
una voz
sincronizando palabras
y desgarradores gritos,
o la verdad
rugiendo a toda furia,
tornándose fuego
y una que otra canción
contenida en cántaros de lluvia.
¿Qué será entonces ese silencio que penetra las miradas?
que nos aturde,
que se pronuncia en líquidos vidriosos volatizando los sentidos.
¿Qué será?
Es el miedo converso apresurando los sonidos
y una guitarra que ladra
mordiendo melodías.
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