viernes, 17 de junio de 2011

ANTI POEMA PARA EL DELATOR IDIOTA


Cantamos abrazados al silencio,
mirando en el dolor los cautiverios;
desafiando al rufián que nos delata
entregando nuestras pieles al verdugo.

Delira en su fortín
de mediocridades,
sintiéndose grande
entre vilezas y traiciones.

Y nos burlamos de su alarde,
de su pose maquiavélica,
de gusano encapsulado 
en su vitrina de comediante dromedario.

Y nos reíamos
de su maniaca actitud:
de persecutor maniqueísta
entregado a su pasión
de cortesano adulón, 
servil vociferante.



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