sábado, 18 de junio de 2011

En el umbral de los silencios



No es el tiempo en su función
de espacio dimensional en la materia,
es la vida en su forma rutinaria,
de recorridos inútiles,
de murallas ascendidas,
de libros diseminados en el umbral de los silencios.

Es el amor en su estación de vida,
de piel estirada en el vacío,
mientras las sombras
se agarran de sus vértices,
iluminando el paisaje de los sueños.

Y los sueños,
son reflejos secuenciales
de tiempos vividos
en la dimensión de los espejos;
donde la historia se escribe sin odios,
descendiendo de la luz
como pájaro anunciado por el trueno.

Entonces,
el amor es un estímulo,
una emoción escondida en mis arterias,
una misteriosa quietud de mis impulsos
en la vorágine abierta entre mis venas.

Ése soy yó,
un laberinto en el camino,
un conspirador en el silencio,
un átomo en la razón de tu existencia,
una ecuación
  en el fragor de tus deseos.


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