Los imaginarios rostros,
vulneran el recinto
de los tiempos profanos,
y las cartas
apretadas en el dolor,
son la expresión sonora
de los viejos campanarios.
Sigue gritando el tiempo
en la fogata
abierta entre la cruces;
y los libros,
son la compilación
abultada de los sueños,
de las alegrías rotas
en el festín de los silencios.
Pintura de Darío Ortiz
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