miércoles, 25 de enero de 2012

Poema subversivo IV





Los rostros rebelan sentimientos. 
Fijo la mirada 
y comprendo el porqué de los silencios, 
la razón distintiva de los sueños; 
las parodias vergonzantes del Poder, 
el suplicio cortesano de la prole. 

Y a veces, 
el discurso complaciente, 
es la mugre estercolada del que grita, 
del que asesina con su aliento la esperanza.

Hoy,
Los discursos tienen el olor del Petroleo
saqueado en las arenas,
refinado con la sangre de los niños
y envasado con la piel
de las madres masacradas por la NATO.

Y seguiremos entonces,
aullando como lobos sublevando las comarcas,
marcando las distancias
danzando en las hogueras.





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