No me pierdas en tus ojos,
ni en tus manos,
ni en tus manos,
tiéntame como hilos en una telaraña de deseo,
de voraces besos
apasionando mi cuerpo,
apasionando mi cuerpo,
destila ese fragor que convulsiona en mil recodos.
Déjame en el enjambre de tus besos,
tapiado de lujuria,
tapiado de lujuria,
remando en las oleadas de tu cuerpo,
burlando tempestades,
acariciando tu horizonte.
acariciando tu horizonte.
Hoy,
no hay campanarios ni tambores
alborotando tus cabellos.
no hay campanarios ni tambores
alborotando tus cabellos.
Sólo la risa de los niños
deletreando con músicas alegres tu energía,
deletreando con músicas alegres tu energía,
la sabia que palpita
en los quehaceres nocturnos de las pieles.
en los quehaceres nocturnos de las pieles.
No despiertes en mis ojos,
cultivate en la fragancia de las rosas
y esparce tu aroma entre mis manos.
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