jueves, 6 de agosto de 2015

Delirius




A veces, despierto en la soledad de un perro vagabundo;
en el fango farragoso de la histeria colectiva;
en el viento imaginario galopando un caballo desbocado.

La vida es un paréntesis de furia,
un ángulo imperfecto de analogías y sofismas;
la letra inventada de un canto lastimero,
o imágenes dispersas de una escena en la comedia.

Me la imagino en la grácil figura de un violín en sinfonía,
en su curva de mujer poseída por el ritmo,
en su cuerda primorosa que da forma a los acordes,
en la firmeza del madero del que salen melodías.

No hay color en las sombras de tu gracia,
en la piel que me toca y me quema en el orgasmo;
en la jauría interior del espasmo de mis ansias;
en la ruta voluptuosa de mis genes abrumados;
en toda la vertiente del flujo descendente de mi esperma. 

Despierto y mi cuerpo convulsiona,
se contrae como serpiente y aflora en mí lo indescifrable:
soy un simple hombre anidado en tu mirada.



Imágenes de Dimitri Vorsin

No hay comentarios:

Publicar un comentario