La vida corre pareja a nuestra muerte,
es una canción equidistante,
una carta de matices discordantes,
una razón inexistente
para estrechar aromas y gaviotas.
La vida suspendida en el orgasmo:
desnudando sensaciones,
emociones, sentimientos;
conteniendo la última lágrima,
vociferante y vana:
sin entenderla siempre.
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