Busco la razón
aferrado a la locura,
esculpiendo sueños, doblando lienzos;
abrigado en lúgubres páramos
de chilalos.
Ahí en donde la arena
cubre de esperanzas la miseria,
busco tu nombre
en los sausales.
Y te miro distante
entre las sombras
atareada de esperanzas;
cobijada de pesares
ahuyentando la nostalgia.
Es el recuerdo
que galopa en espirales,
que se agita con el viento
y amanece en zapotales.
Y procuro entonces,
esconderme entre tus lágrimas,
sincerando el tiempo
que me queda para amarte.
En el amanecer,
el recuerdo será una carta;
una flor arrebatada en el suspiro,
y todo por ti
para seguir viviendo.
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