Me cuesta llanto
abrazarme a tu alegría,
sentirme ausente en tu mirada;
celebrar un sentimiento
cobijándome en tu almohada y,
sin probarlo,
prendarme de tu cuerpo
delirando en la jornada.
Es la tristeza
la ruta itinerante de las sombras,
la razón que me tienta
y que me espanta;
la frase en su ritmo cautivante,
canción subvirtiendo los sonidos.
Nos cuesta tiempo a todos,
caminos de eternos recorridos,
pasiones que confunden sentimientos,
y frases penetrando como rayos.
Me cuesta una mirada:
la que me atrae
y nos vulnera.
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