Tengo una carta apretando mi garganta,
precediendo al silencio distanciando tu mirada;
una flor incrustada entre tus alas
acercando los recodos que me alejan de tu olvido.
Es el ápice de nuestro encuentro,
del balcón borrascoso en donde anida nuestra angustia:
la del fuego acelerándote el deseo,
la de la calle transitandome la vida.
Y nos encontramos solos,
copulando en campanarios,
celebrando sueños entre guitarras sublevadas.
Deja que tu cabellera negra desafíe al viento,
abrázame eterna conspirando en las distancias;
y, a pesar de la premura,
tu vientre aún florece para renacer de nuevo.
Fotografía Artística
Alfred Cheney Johnston
1885-1932
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