La mirada fija en la camisa de los sueños,
el espejo roto en los hambres del olvido,
las canciones prendidas en los acentos de su llanto;
las canciones prendidas en los acentos de su llanto;
de todas las formas que ocultan la tristeza
en los tiempos perdidos.
en los tiempos perdidos.
La mirada fija en el paladar sangrante,
en los atardeceres de silencios fingidos
en el estómago vacío de los atormentados;
en el estómago vacío de los atormentados;
de los viejos caminantes sin ruta en el misterio.
Soledades cruzadas en los puentes
de las encrucijadas,
de los sarcófagos envueltos en sábanas de pieles.
de los sarcófagos envueltos en sábanas de pieles.
Los viejos puentes que nos mudan al vacío,
que nos distancian de los caminos
en amaneceres rotos de suplicios,
de cartas atadas al tiempo
donde lo inútil muerde la quijada del oprobio.
Mirad entonces,
los pájaros azules de los balcones tenebrosos,
los patios saturados de amasijos de pan soñado;
de efemérides inconclusas
en los días que sobran del espanto.
Seguir caminando por las rutas de los hielos,
donde los pasos se detuvieron para morir soñando;
persiguiendo las estrellas,
apartando las noches sin coronar el día,
apartando las noches sin coronar el día,
dominando los vientos bregando en las tormentas.
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