No se olvida el fragor de tu mirada,
el lienzo que sepulta tu sonrisa;
solo el madero
procura con su sombra
descifrar el silencio que profana nuestra tumba;
sí, aquella situada entre los sueños
proscritos en turbulentas asonadas.
Y nos mudamos desolados
sin caminos ni recodos,
abrazados entre hogueras
danzando en llamaradas.
Hoy se vierte la sangre,
los miedos se prolongan
los miedos se prolongan
entre aullidos y caudales.
Picasso en Blanco y Negro
Pintura
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