He decidido procurar
del silencio
el gruñido remoto en la tristeza;
el abanico azul de la gaviota
del mar deletreando mis angustias.
He decidido
prendarme de tus ojos,
capturando su brillo seductor;
besando hasta el delirio
la miel veneno de tus labios.
He decidido aferrarme
a los recuerdos
hasta escarbar sin tregua
en tu sepulcro;
mirar que el tiempo nos cautiva
silenciando
No hay comentarios:
Publicar un comentario