A veces
el contenido de tu cuerpo
es una sucesión de frases olvidadas,
una descripción rítmica
de sentimientos distanciados,
una locución estrepitosa
argumentada en la falacia.
Y a pesar de todo,
el tiempo te acuña en el olvido,
te incinera entre las lágrimas
sepultada en los armarios.
A veces,
te esperaba alborotado
parafraseando tus mentiras;
y miraba entre tus líneas
la belleza de sus ojos,
el fragor de los vacíos.
Te recuerdo ahora
en la alegría consentida,
en las horas dibujadas
en el matiz de los encuentros:
¿Qué será de tu cuerpo
delineado en las palabras?
Pintura de Guennadi Ulibin
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