martes, 14 de abril de 2015

Mujer tardía





No sé tu nombre a pesar de tu mirada,
de tu piel que unta la mía con ese aroma misterioso.

A pesar de la distancia
me persigue tu sonrisa 
 celebrando mi existencia. 
Eres la mujer que aprendí amar en el silencio,
que escribe en solitario 
desenfrenados besos 
extasiando mis sentidos.

Te he soñado cubierta de arcilla,
tendida en un sendero desolado,
desenfrenadamente bella 
a pesar del calor confundiendo tu mirada.

Y en tu ausencia
mi cuerpo tiembla, 
sincroniza movimientos,
  hasta quedarse exhausto.  

No te encuentro 
a pesar que te reclamo,
no te palpo a pesar de tu piel,
del instante que me impide
saciarme de tus labios.

Eres el fantasma obligado de mis días,
el canto lujurioso de mis noches,
el aroma que transita en mi recuerdo.

Quiero deletrear tu nombre 
y pronuncio lluvia,
besar tu boca 
y la sed aprieta mi garganta,
olerte desquiciado 
espantado de tu sombra.






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