La pasión en su caudal,
en su fuente rutinaria,
en la pendiente de nuestros actos
y en la forma evolutiva.
Es el fragor de nuestros cuerpos
circundando
la raíz de sus orígenes;
aforando en el placer horizontal
de los cuerpos profanos.
Es demencial el acto
en su forma desmedida,
en la prolongación siniestra;
en la razón invertebrada
de su célula esponjosa.
Enumeradas veces
el delirio vino del sueño,
de su rojiza forma
acuñada en las probetas.
Y quienes somos?
los espantados seres
sin dimensión ni tiempo;
los alucinados forjadores del cambio
flagelados por sus instintos.
Escribiendo en los vacíos
procuro matizar el silencio
y el olvido,
graficando la pasión
que pulsa el sentimiento.
Hermoso
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