miércoles, 9 de noviembre de 2011

La plegaria del tiempo




Entiendo 
que las  siniestras sombras 
me persiguen 
sin comprender 
que estoy ausente 
en mi existencia 
que soy profano 
en latitudes 
en donde 
el mar es un desierto
y los árboles 
son buitres azolando la carroña. 

Me despierto 
sobre un basural 
de frases inútiles 
de plegarias hipócritas 
de ruegos procaces 
 de mentiras divinas. 

Sin entender 
exploro entre lápidas 
y descubro 
que los rostros de los muertos 
son de piedra y de cemento.

Son las voces
que reclaman 
el espacio de los tiempos
la fe crucificada
entre proclamas olvidadas.

Y todo se esfuma 
en un despertar de llanto
para seguir mirando
el triste devenir de los cautivos.


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