Los griegos utilizaban la palabra érōs para referirse al amor apasionado y al deseo sensual. Ese sentimiento también se representó a través del dios Eros. 

En la lengua española, el término erotismo connota y denota lo relacionado con la sexualidad, tanto en respecto al acto sexual físico como a sus proyecciones.

El erotismo suele verse observado en combinación con la libido, ya que se trata de todo aquello que proviene de la zona libídica y que está relacionado con el sexo y el amor. Sin embargo, existe una dicotomía entre el amor erótico y el amor romántico, ya que éste se ha transformado en la asociación principal del amor en general (que es altruista y, se supone, sublima la sensualidad).

Aunque parezca extraño, el erotismo siempre está presente en la religión y en los sistemas de creencias. En el catolicismo, los textos místicos de San Juan de la Cruz incluyen una retórica que rebosa de erotismo dirigido a la deidad. 

En otras religiones, por otra parte, existía una prostitución sagrada que llegó hasta la Grecia clásica. Tampoco puede dejar de mencionarse al popular libro del Kama Sutra, una exaltación a la sexualidad perteneciente al hinduismo.

El interés erótico de una persona o de un objeto suele ser calificado con el adjetivo sexy, proveniente del idioma inglés. El erotismo también puede ser confundido con el fetichismo, que es la derivación de la libido hacia ciertos objetos o partes del cuerpo.

En cuanto al erotismo en la literatura, uno de sus principales exponentes es el Marqués de Sade, condenado en su época por ejercer el libertinaje de manera pública y por acompañar sus intereses sexuales con dosis de violencia.

Tomado de Definición.de