domingo, 30 de diciembre de 2012

jueves, 27 de diciembre de 2012

Vértices




La escena rutilante 
acompaña al miedo en la mirada, 
cruza el valor de los instintos, 
los maderos en su cimbra 
al armazón de los sepulcros.

Y en las ventanas
los rostros 
definen la elasticidad del tiempo,
el color de los vacíos 
en los vértices sagrados.

Languidece el vocabular sonido
agrietando el silencio
entre campanas rotas
en un amanecer sin llanto.

Los contrarios se aferran
a lúgubres graznidos
anteponiendo risas
al aleteo fugaz de los arácnidos.

 

 




martes, 25 de diciembre de 2012

El puente de los sueños





La mirada fija en la camisa de los sueños, 
el espejo roto en los hambres del olvido, 
las canciones prendidas en los acentos de su llanto; 
de todas las formas que ocultan la tristeza 
en los tiempos perdidos. 

La mirada fija en el paladar sangrante, 
en los atardeceres de silencios fingidos 
en el estómago vacío de los atormentados; 
de los viejos caminantes sin ruta en el misterio.

Soledades cruzadas en los puentes 
de las encrucijadas, 
de los sarcófagos envueltos en sábanas de pieles.

Los viejos puentes que nos mudan al vacío, 
que nos distancian de los caminos 
en amaneceres rotos de suplicios, 
de cartas atadas al tiempo
donde lo inútil muerde la quijada del oprobio.

Mirad entonces, 
los pájaros azules de los balcones tenebrosos, 
los patios saturados de amasijos de pan soñado; 
de efemérides inconclusas 
en los días que sobran del espanto.

Seguir caminando por las rutas de los hielos, 
donde los pasos se detuvieron para morir soñando;
persiguiendo las estrellas, 
apartando las noches sin coronar el día, 
dominando los vientos bregando en las tormentas.




viernes, 14 de diciembre de 2012

La sed del cautivo





Era mi sed 
un manantial 
en el deseo ignoto, 
sed de vida, 
sed de muerte.

Era  
un clavo oxidado,  
más doloroso 
y menos doloroso 
que un parto en cautiverio.

Era tu sed 
la mirada flagelante 
de los odios invocados, 
la pasión oculta 
de un suicida en agonía. 

La sed de justicia,
tormentosa e implacable
que nos ata en rituales;
saciada en encuentros furtivos,
colmada entre pasiones distantes.

¡SED DE TENER SED!


  

sábado, 8 de diciembre de 2012

Breviario de los sueños





Nos situamos entre emociones encontradas 
y se entiende la razón de las palabras. 
Versa el sueño un vocabulario sensitivo, 
coloquial, imaginario; 
surcan frases de olvido en los recuerdos rotos. 

Aúlla el ser en busca de su centro, 
en el ombligo roto de su existencia amarga.

No más sonidos comunicacionales,
ni sombras rotas en imágenes verbales;
solo busco equidad entre palabra y sentimiento,
entre visión y tiempo,
encontrándonos luego en el breviario de los sueños.






jueves, 6 de diciembre de 2012

Sonrisa fúnebre






Nos silencia el dolor 
atormentando las miradas, 
es un sueño que nos vierte 
en líquidos sanguíneos.

En las referencias de la muerte, 
está escrita en la oquedad de su calvario 
la sonrisa rutinaria de los condenados, 
el crepitar de los huesos arrancados de su espacio. 

Y, a veces,  
cuesta vivir 
en veranos descifrados, 
en amaneceres oscuros 
o en fangosas tardes.

No lo dice el reclamo de nuestras sombras, 
la risa fría de un hambriento satisfecho, 
colmado de su estancia, 
delirando entre despojos.

Es así el silencio
golpeando la mirada,
despojando de su brillo  la lágrima oculta,
la piel cosida en su propio olvido.





lunes, 26 de noviembre de 2012

Cartas desolladas





Seremos una ráfaga de tiempo 
golpeando las miradas.

En los pequeños espacios 
se cultivará la gloria 
pregonando tu alegría.

Y seremos eternos como el llanto 
que alimentó los mares.

En cada silencio
nuestras vidas serán cartas desolladas,
presagios de encuentros descifrados;
arenas de desiertos congelados,
aromas invadiendo las florestas.

Por qué deambular entre ataúdes
si los ojos nos convierten
en fantasmas?
Por qué amarnos
si el odio vocifera nuestros nombres?

Esperaremos eternos y desnudos
obligados a copular en el misterio. 






domingo, 25 de noviembre de 2012

A mis ojos que contemplan extraviados




A mis ojos 
eres la escena de un gato encadenado, 
sombra agitada en la tormenta, 
letrero titilando en el espanto, 
cerrojo atormentando los silencios, 
voz escrita enterrada en el reclamo, 
beso abierto sepultado en el recuerdo.

A los ojos de todos,
pájaro herido en un bosque de guitarras,
ciclo de vida entre rutas perseguidas,
pasión de brumas en acantilados devastados.




sábado, 24 de noviembre de 2012

Tiempo de distancias






Tiene sombra 
el tiempo en el silencio,
es un huracán dormido 
en las faldas del olvido.

Tiene espacio el lugar 
de los sepulcros,
es canción de llantos 
pronunciándose en la hoguera.

Sobran las palabras 
en el recinto de la muerte,
y el dolor deja en la piel 
la sensación del viento,
de guitarra desolada,
ablandada en sus sonidos.

Hoy, 
las distancias 
tienen un lugar en nuestros ojos,
gritan las ventanas
por los que se fueron 
sin razón ni canto;
los amarrados al sol,
los solitarios:
los que sucumbieron 
al deseo de encontrarnos.

Tiene el tiempo su distancia 
guardada en los candados,
mordiendo los barrotes;
y el olvido,
es sentencia a muerte.


Denis Rouvre
Francia 1967
Fotografía expresionista 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Grito por los niños de Palestina






Grita la verdad su rabia de mentira y las manos se entrecruzan en gestos rutinarios.

Grita la mentira su hipócrita mirada y las risas se prolongan en gestos de lujuria.

Grita la muerte el aroma de la sangre y el "Santo Pontífice"  se atraganta con el pan de los infieles.

Grita el silencio su manto de ignominia y la guerra es un pretexto fratricida.



viernes, 16 de noviembre de 2012

La Casa del pobre de Rainier María Rilke



LIBRO DE LA POBREZA Y DE LA MUERTE
(Puesto en manos de Lou)


La casa del pobre



La casa del pobre es como un sagrario.
En su interior lo eterno se cambia en alimento,
y al anochecer regresa suave
hacia sí, en un anchuroso círculo,
y se acoge en sí, lento, pleno de resonancias.

La casa del pobre es como un sagrario.

La casa del pobre es como la mano de un niño.
No toma lo que los adultos piden,
le basta un escarabajo con ornadas pinzas,
una piedra ovalada de rodar por el río,
la corrediza arena y las conchas sonantes.
Es como una balanza suspendida,
sensible a la más leve recepción,
oscilando largamente entre los dos platillos.

La casa del pobre es como la mano de un niño.

Es como la tierra la casa del pobre:
esquirla de un venidero cristal,
ya claro, ya oscuro, en su huidiza caída;
pobre cual la cálida pobreza de un establo, -
y no obstante están los anocheceres: en ellos es ella todo,
y de ella vienen todas las estrellas.

19 de abril de 1903




El Libro de la Pobreza y de la Muerte, Parte III de El Libro de las Horas

El Libro de las Horas (Das Studen-Buch) está formado por tres libros escritos en 1899, 1901 y 1903. Se publicó en la Navidad de 1905.

Rilke no pensó aquí en un "Libro de las horas" en el sentido de las horae canonicae del Breviario. Toda su obra lírica es trasunto de su intimidad, y aquí está en relación inseparable con el paisaje, con la hora declinante del ocaso, con el oscurecer (Abend), las horas preferidas del poeta. Todos estos poemas, puestos en las manos de Lou Andreas-Salomé, llevaban el título de Oraciones (Gebete), pero en su publicación Rilke tuvo que aceptar, aunque con reservas, el título Libro de las Horas impuesto por su editor. También hubo de renunciar al subtítulo "Primero, segundo y tercer Libro de Oraciones", que propuso a cambio, y a las anotaciones anímico-paisajistas del manuscrito enviado a Lou, tan evocadoras de su inspiración.

El Libro de las Horas representa tres estadios consecutivos de la vida del poeta en situaciones y en paisajes diferentes. El primero, el Libro de la Vida Monástica, recoge impresiones del primer viaje a Italia (Diario Florentino); la grata acogida en la colonia de artistas en Worpswedw, con sus turberas "llenas de vida y de viento", y sus dos fecundos viajes a Rusia (1899 y 1900) en idílica compañía de Lou. El segundo, Libro del Peregrinaje, alude a la vida errabunda y económicamente insegura del poeta y a su precaria salud. El tercero, Libro de la Pobreza y de la Muerte, comienza con la miseria de las ciudades superpobladas, que Rilke a duras penas puede soportar leyendo el Libro de Job y a Baudelaire (de esta terrible opresión se librará al concluir en 1910 los Apuntes de Malte Laurids Brigge). Este tercer libro se cierra con la apología de la pobreza en el poema dedicado a San Francisco de Asís, precedente cristiano del mito pagano de los Sonetos a Orfeo.

En una carta a Lou, Rilke se quejaba de que la penuria y su pésima salud le impedían “hacer de la angustia cosas”. Y agregaba: “Una vez lo logré, aunque tan sólo por poco tiempo. Cuando estuve en Viareggio; ciertamente me asaltaron allí los miedos y me avasallaron... y con todo me fue posible. Allí nacieron oraciones, Lou, un libro de oraciones... Porque son de tan grande armonía y descansan tan a gusto a tu lado, y porque nadie sabe de ellas, a no ser tú y yo, y por eso puedo descansar en ellas...”               

Foto: Rainier María Rilke


LIBRO DE LA POBREZA Y DE LA MUERTE
(Puesto en manos de Lou)


 La casa del pobre

La casa del pobre es como un sagrario.
En su interior lo eterno se cambia en alimento,
y al anochecer regresa suave
hacia sí, en un anchuroso círculo,
y se acoge en sí, lento, pleno de resonancias.

La casa del pobre es como un sagrario.

La casa del pobre es como la mano de un niño.
No toma lo que los adultos piden,
le basta un escarabajo con ornadas pinzas,
una piedra ovalada de rodar por el río,
la corrediza arena y las conchas sonantes.
Es como una balanza suspendida,
sensible a la más leve recepción,
oscilando largamente entre los dos platillos.

La casa del pobre es como la mano de un niño.

Es como la tierra la casa del pobre:
esquirla de un venidero cristal,
ya claro, ya oscuro, en su huidiza caída;
pobre cual la cálida pobreza de un establo, -
y no obstante están los anocheceres: en ellos es ella todo,
y de ella vienen todas las estrellas.

19 de abril de 1903

El Libro de la Pobreza y de la Muerte, Parte III de El Libro de las Horas

          El Libro de las Horas (Das Studen-Buch) está formado por tres libros escritos en 1899, 1901 y 1903. Se publicó en la Navidad de 1905.
          Rilke no pensó aquí en un "Libro de las horas" en el sentido de las horae canonicae del Breviario. Toda su obra lírica es trasunto de su intimidad, y aquí está en relación inseparable con el paisaje, con la hora declinante del ocaso, con el oscurecer (Abend), las horas preferidas del poeta. Todos estos poemas, puestos en las manos de Lou Andreas-Salomé, llevaban el título de Oraciones (Gebete), pero en su publicación Rilke tuvo que aceptar, aunque con reservas, el título Libro de las Horas impuesto por su editor. También hubo de renunciar al subtítulo "Primero, segundo y tercer Libro de Oraciones", que propuso a cambio, y a las anotaciones anímico-paisajísticas del manuscrito enviado a Lou, tan evocadoras de su inspiración.
         El Libro de las Horas representa tres estadios consecutivos de la vida del poeta en situaciones y en paisajes diferentes. El primero, el Libro de la Vida Monástica, recoge impresiones del primer viaje a Italia (Diario Florentino); la grata acogida en la colonia de artistas en Worpswedw, con sus turberas "llenas de vida y de viento", y sus dos fecundos viajes a Rusia (1899 y 1900) en idílica compañía de Lou. El segundo, Libro del Peregrinaje, alude a la vida errabunda y economicamente insegura del poeta y a su precaria salud. El tercero, Libro de la Pobreza y de la Muerte, comienza con la miseria de las ciudades superpobladas, que Rilke a duras penas puede soportar leyendo el Libro de Job y a Baudelaire (de esta terrible opresión se librará al concluir en 1910 los Apuntes de Malte Laurids Brigge). Este tercer libro se cierra con la apología de la pobreza en el poema dedicado a San Francisco de Asís, precedente cristiano del mito pagano de los Sonetos a Orfeo.
         En una carta a Lou, Rilke se quejaba de que la penuria y su pésima salud le impedían “hacer de la angustia cosas”. Y agregaba: “Una vez lo logré, aunque tan sólo por poco tiempo. Cuando estuve en Viareggio; ciertamente me asaltaron allí los miedos y me avasallaron... y con todo me fue posible. Allí nacieron oraciones, Lou, un libro de oraciones... Porque son de tan grande armonía y descansan tan a gusto a tu lado, y porque nadie sabe de ellas, a no ser tú y yo, y por eso puedo descansar en ellas...”

Publicación de Verónica Pedemonte Morillo Velarde

Profecía del silencio






Demosle al tiempo 
la morada de la forma: 
develando su misterio entre las sombras,
caminemos sin la pausa 
de la muerte, 
arengando profecías y proclamas.

Olvidemos los resquicios,
las alhambras,
los sueños rotos en vitrales sin memoria,
las ofrendas destilando hipocresías:
el canto oculto en miradas escondidas.

Escribamos las memorias del olvido
besando el pedregal de los sepulcros,
serenamente...a escondidas,
para luego, 
morderle el cuello a la serpiente.





jueves, 1 de noviembre de 2012

Del libro POETA EN EL INFIERNO de Jorge Espinoza Sánchez




 A los inocentes que purgan injusta condena 
en las cárceles políticas del Perú. 
A los espíritus libres del mundo.

A los que eligieron la bella desgracia.




LOS HOMBRES MAS PUROS DE MI GENERACIÓN


              He visto a los hombres más puros de mi generación
           caer en la guerra,
           la belleza de sus sueños cubrió de encantos esta isla,
           hoy no los veo más.
           Seres dulces que abandonaron el banquete
           diseñaban un mundo nuevo
           para las hadas bellas,
           templaron su arco
           en los crepúsculos más hermosos,
           azul era el sueño,
           dinamitaban las murallas iluminados por el sol.
           Galopaban luminosos por el monte
           en voz baja hablaban con los muertos,
           sólo querían un mundo
           donde las muchachas pudieran atrapar mariposas libremente.
           Pero cantaron las horcas,
           se extraviaron los jinetes,
           violentaron los hados la profecía.
           Solo en su tumba el héroe
           besa las piernas gangrenadas de la historia
y arroja las llaves al abismo,          mientras los viejos oradores
           hablan por la boca de los cañones.
           Bajo el negro paraguas
           contemplo la siniestra mansión del hombre,
           recordaba cuando los hombres 
           más puros de mi generación 
           marcharon a la guerra
noche eterna hallaron en la montaña. Llevaban sus mochilas repletas de sueños y fueron destrozados sus cráneos, lanzaban proclamas y discursos violentos, una suave brisa los envolvió,
           unos en la cárcel otros en la tumba,
           sólo una muchacha los recuerda.
Eran los hombres más puros de mi generación,
tristes melancólicos nobles y desterrados,
           sus sueños atropellaban el horizonte
           envueltos en la capa de sus prodigios,
           marcharon una tarde,
           no los veo más.


           LA CIUDAD CONVERTIDA EN PROSTÍBULO



¿Dónde ponerlos a ustedes en el informe, hermanos?
(Roberto Fernández Retamar)



Y
 
     


Y era entonces el tiempo del                                    éxodo, cientos y miles de hombres
abandonaron el fuego de sus hogares,
cogidos silenciosamente por las calles, violentamente extraídos del lecho,
era el tiempo en que todos tus amigos abrieron contra ti su boca acusadora. 
Y en el a del furor
la prensa en tinieblas, 
con gracias de Charlot,
encandiló al pueblo con bellos titulares de horror. 
Y en la ciudad y las montañas
todo hombre justo rozado por el fuego marchaba a presidio
ante el delirio de 22 millones de fantasmas brutalmente enloquecidos.
Y el Diario que a diario publicaba delirante
las capturas del horror,
los suplementos de la infamia. Y llegado el tiempo del diluvio
los rebaños fueron enceguecidos
             por la Gran Ramera
  voluptuosamente instalada en el Congreso      presidiendo el baile de bufones.
El vulgo extraviado en las tabernas condenaba a diestra y siniestra
y ebrio de victoria
pedía la cabeza del hermano y abarrotaba el coliseo exigiendo el garrote
para los cristianos.
Mañana la lava candente arrasaría los campos,
¡Ay mañana, no existes para los necios! 
Escrito el Libro de la Palabra, sangre en el circo
exige el populacho envilecido 
y el viejo psiquiatra bufarrón 
monta el fabuloso espectáculo.
El arpa de los eunucos plumíferos clamaba venganza alegremente
y todo inocente era culpable,
fue entonces que las rosas galoparon al paredón. Y la palabra inocente marchó al destierro
y Decretos y más Decretos del año pluvioso y nadie sabía nada
y había que contentar al lobo hambriento
y la fiesta continuaba en el burdel del emperador. 
Días de 1992.



CARTA DE AMOR A UNA HERMOSA GITANA

Un río de sangre, un mar de sangre es este beso estrellado sobre tus labios. (Vicente Aleixandre)


Z
 



Zulma, te escribo estos versos ensangrentados desde la más terrible prisión del Perú,
quiero que los leas eternamente vestida de novia, con tus ojos de llamaradas y diamantes
al pie del altar de nuestros sueños. Hermosa gitana,
te escribo desde la trinchera de los muertos a esta hora en que salen a vagar
los fantasmas de los combatientes. Quiero que sepas amor mío
que ser poeta en este país demente
y sangrar desesperadamente por la vida es ser perseguido, proscrito, presidiario y condenado a la hoguera.
Paga el Perú con la cárcel a Quijote enamorado,
amó a los hombres, amó a la golondrina, amó a la luna y sobre todos los dioses te amó a ti,
ebria y bella hasta el delirio,
hoy me entierran en vida por amar la vida y bajo la lluvia de balas y cadáveres
te sigo amando aún.
  Zulma, es madrugada      en la prisión, hierve la hoguera de la historia,
tal vez jamás vuelvas a verme con vida, es de poetas morir de crepúsculos, pero no llores pequeño ángel,
amaste a un poeta,
es decir, amaste a todos los hombres de la tierra
y no hay historia de amor más bella que la nuestra. Y si me extravío en la oscuridad de la muerte
búscame en los ojos de todos los niños tristes del mundo, en ellos seguiré viviendo,
un abrazo a nuestros sueños,
un beso a los hijos que nunca tuvimos y te dejo estos versos
eternamente rebeldes como nuestro amor, se divulgarán por todo el mundo
y serán traducidos a otros idiomas tus besos, preciosa gitana. Eternamente tuyo.
Muertas las siemprevivas, enfermas las rejas del presidio,
llueven cadenas perpetuas sobre los muchachos, metralla y muerte
sobre la espalda del hijo del hombre, pero nuestros labios desollados
entonan aún las baladas de aquellos locos días
cuando el corazón era un gitano
                   y Liza tenía los ojos azules. Muchacha,
             todas las noches
la muerte se desnuda en mi lecho
y arroja su fétido aliento a mi rostro, mientras la poseo le hablo de ti,
le cuento de ti, la embellezco de ti. Afuera la metralla aulla enloquecida, tiempos duros estos
para cantar la gloria de las muchachas hermosas, el amor ha sido arrasado por los tanques
y la rosa encarcelada por los nuevos dispositivos antiterroristas,
ahora cualquier metáfora puede costarnos la vida. Zulma,
leí tu carta desde la bahía de San Francisco, sentí tu besos y se rompieron mis cadenas, de mano en mano tus perfumadas líneas inflamaron el corazón de los muchachos.
¿Díganme pequeños fiscales y jueces perecederos podrá ser prisionero un hombre intensamente amado? Hermosa muchacha,
tatuada en la demente memoria de los siglos, tu amor ha inundado esta mañana la prisión, mandos políticos y militares
me preguntan por la dulzura de tus ojos
y el poderío bélico de tus besos.