domingo, 31 de octubre de 2010

Fragor de tiempo



Estamos
prisioneros en el beso
amando a cuentagotas
sobre el lienzo
y se escuchan
presurosos los latidos
escribiendo
en nuestras pieles melodías.

Es la mirada
que en la paredes
dibuja rostros
y escudriña
en el torrente de mis venas
que se atrapa
en el brillo de tus labios
y en el fragor
de tus piernas matutinas.

A veces
el amor
se confunde
en las cortinas
cediendo al movimiento
de tu cuerpo
hasta caer rendido
en  el paisaje de tus formas. 

lunes, 25 de octubre de 2010

En el Tabanco de mis sueños



Mírame agitar las banderas
que son sueños,
en el libro de los bosques devastados.
Celebra conmigo
la canción de los remansos, 
ayúdame a sublevar los aposentos,
construyendo barricadas de amor entre los odios.


Hoy, celebro contigo
la vida en motitas de algodón,
en mares tan profundos
de luz como en tus ojos,
distantes caminamos
entre médanos y juncos.


Me quedan por escalar:
las moradas del crepúsculo
en las alas del Chilalo,
escribiendo consignas
entre zapotes y algarrobos.

Allí anida mi tiempo,
hermano domador de silencios,
de vientos amarrados al sol
y de moluscos peinando mi desierto.

He caminado por el Tabanco,
donde secuestré  tus besos
en la pausada soledad de los ancianos,
contemplando
a los descendientes del Tallan rebelde,
que con sus huesos
sepultó el odio de los conquistadores.

Hoy,
escribo esta carta
vieja compañera de los algodonales,
recordando tus rebeldes trenzas,
con las que construí mis sueños,
entre peces, chaquiras y callanas.

sábado, 16 de octubre de 2010

Canción de piedra





Vociferantes son los ritmos,
deletreando
los cimientos de la flora,
y se unen en su coro de rocío
los estambres de las flores mutiladas.

No son las sombras
de muros agrietados,
es el misterio derribado en su brillo,
la solidez del canto
en la vastedad de la muralla.

Y allí,
los rutinarios escultores de las formas,
cedieron a la piedra
la geometría de las uniones,
en sus perfiles de garzas y gaviotas.


jueves, 14 de octubre de 2010

Paisajes de Octubre




Descubrimos en la bruma
un sombrero
de plumas y guirnaldas,
de soles amarrados a praderas,
y de brisas que se esconden en su brillo.

Y en el torrente
de aguas y crisaldas
de silencios
apagados en la hoguera,
distantes de tus ojos,
cercanos a tus labios,
en el coro músical de las pasiones.

Entenderiamos
que el follaje
se incrustaba en nuestras pieles,
aguijoneando
hasta el delirio nuestros cuerpos.

Luego,
huíamos del remanso,
escribiendo proclamas y canciones
en los cántaros sonoros de la estancia.

Hoy,
despues del ascenso,
anidan los pájaros
en el vientre de las estrellas,
y se acorrala el vestigio
en el haz de luz
de tus versos sublevados.

Somos del tiempo
abrazando los tambores,
en las calles asoladas de tu villa
y en los muros liberados por la sangre.

Rebelde alfarero,
nuevos tiempos agitan las banderas
celebrando la vida en las montañas,
sopla el viento
derrumbando las blasfemias,
y se proclama el amor
liberando a los ausentes.


viernes, 8 de octubre de 2010

Cantar del tiempo







A Miguel Hernández en el centenario de su gloria



Es oscuro sembrar.
Es oscuro sembrar, tal como suena la palabra,
construír solamente con las manos,
sintiendo como vuelan
desde lo profundo:
el grito y su plumaje de pueblo y de bandera.

Es oscuro lo dicen las semillas,
el arado,
el pantalón harapiento y la comida.

Ausente en el propio sueño,
es oscuro conversar,
herir con la sonrisa
nidales y overoles proletarios,
queriendo conducir multitudes a la Aurora.

Es oscuro llorar.
Es oscuro,
cuando el agua mutila los aromas
y hace falta,
emigrar y emigrar para seguir sembrando.
Lo dicen nuestros muertos,
la cuchara y las sombras,
el polvo de los libros disecados por la lluvia.

Horadamos como enterradores
y nos entierran,
cantamos,
nos prometen la gloria,
los niños comulgan en el alba
y mueren por las tardes fusilados.

Es oscuro gritar.
Es oscuro gritar,
mientras nos siguen quemando los ojos,
mientras la boca se abre,
y el estomago invita,
insectos de verdor y de vigilia
al velorio profundo de la carne.

Es tal cómo suena el río
cuando arrastra piedras,
y las piedras
es todo lo que sigue muriendo en las plazuelas,
alegremente
como pájaros anunciados por el trueno.

Es oscuro caminar.
Es oscuro y es grande,
es rojo y es del pueblo,
es ancho y es de Patria.

Es tal vez oscuro?
No!
No es oscuro si cantamos,
y marchamos de entre las ruinas de la patria
para que brille toda la luz del oprimido.

No es oscuro!
Oscuro el cerebro de los infames y traidores,
oscuro el corazón del magistrado,
pútrido y esponjoso
el cerebro de todos los coyotes.

Oscura,... como en una noche de cuervos,
la mano del que nos explota hasta la muerte.

Grande,
muy grande y hermoso es este grito:


¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES: UNÍOS!




viernes, 1 de octubre de 2010

En su día de farsantes

A chavetazos
vociferan los periódicos
amarrando la conciencia
de los zombies
y purifican
el estiércol de su fauna
vómitando odio en los vitrales.

Crucifican
el abecedario
mutilando
y lacrando
el lenguaje
de las verdades
que se esconden
y se mutan
trasgrediendo
el orden de las cosas.

Los aviesos
lectores de a pie
mascullan
los titulares del espanto
y se orinan
sobre el papel
amarillento y censurable.

Qué decir
de los noticiarios
mediocrefaranduleros
que compiten
exibiendo
el velorio de las carnes
que incineran
el talento de las formas
para tragarse la verdad
en cementerios.

Miro y escucho
los bocinazos de la noche
comulgo
en el vino ausente
escribiendo
las coordenadas de un poema:
Luego
atribulado en el silencio
recorro la calles de Lima
avergonzado
de los políticos farsantes
que contaminan con su aliento
la belleza del terruño.

Nostalgias


La soledad
aloca los sueños
incinera
el amor de las gaviotas
crepitando el aroma de las flores.

Me siento acorralado
en el misterio de los apus
masticando la sal en los moluscos
bebiendo el líquido
desenfrenado de tu boca.

Y me golpean
el tañido de las formas
el eclipse
de la sombra perseguida:
entre vuelos y acrobacias
mueren en ti los guayabales
en el arrozal
horizontal de las semillas.

No me escondas
en el quiebre de las sílabas
tampoco
en la inercia de las comas
ámame
en la gramática rebelde del poema
y secuestra de mi
las emociones
la nostalgia de los odios redimidos
en el fuego
que arremete entre mis venas.

Esta tristeza que no es llanto
es locura
o pensamiento
una guitarra
ametrallando los sonidos
escribiendo
una sonata en la muralla.

¡No te escondas en las letras de mi canto !...