sábado, 27 de octubre de 2012

A modo de presagio




La danza cubre la advertencia 
del ser y del estar, 
de conjurar el espacio 
en las tumbas no sitiadas:
de sombrear sus madrigueras, 
de reírnos.

He visto la muerte 
anunciada en los burdeles
y me he burlado de su orgasmo,
de su desvarío;
de los odios oficiando de mendaces,
de su carne tumefacta, 
de su gracia de payaso delirante.

La he visto tan cercana y carroñera
que la he vacado por odiosa. 
Y me pregunto:
Por qué el dolor no matiza los horarios
para morir al ritmo de la hora decidida,
y sepultar su impuntualidad en nuestro olvido?


sábado, 20 de octubre de 2012

Mirada delirante




Me cuesta llanto 
abrazarme a tu alegría,
sentirme ausente en tu mirada; 
celebrar un sentimiento
cobijándome en tu almohada y, 
sin probarlo,
prendarme de tu cuerpo 
delirando en la jornada.

Es la tristeza
la ruta itinerante de las sombras,
la razón que me tienta 
y que me espanta;
la frase en su ritmo cautivante,
canción subvirtiendo los sonidos.

Nos cuesta tiempo a todos,
caminos de eternos recorridos,
pasiones que confunden sentimientos,
y frases penetrando como rayos.

Me cuesta una mirada:
la que me atrae
 y nos vulnera.



sábado, 13 de octubre de 2012

04 de Octubre





Detrás del campanario, 
una rosa cautiva 
subleva al viento un sueño amordazado;
canción remota de ritmos y semblanzas, 
de acordes
 aparejados al canto susurrante de las aves:
celebran el espacio abierto 
entre la vida y la muerte.

El viento tañido 
sigue golpeando con fuerza,
es una lanza que atraviesa el muro
 en la mansión de los espantos; 
es roca pronunciada en el reclamo, 
guitarra abierta apurando sus acordes.

El signo vital es:
 retorno que señala circunstancias,
ruta aparejando las distancias,
 flor blandiendo sus estambres,
 fragor y  aroma expresado en la mirada.

Y con el tiempo 
aferrado a nuestros ojos,
seguiremos siendo el tronco
 en donde penda jubiloso     
 nuestro viejo campanario. 


Pinturas de: 
Zhang Linhai
Sahngai - China
1963

lunes, 1 de octubre de 2012

Tiempo de guitarras






Tengo una carta apretando  mi garganta, 
precediendo al silencio distanciando tu mirada; 
una flor incrustada entre tus alas
acercando los recodos que me alejan de tu olvido.

Es el ápice de nuestro encuentro, 
del balcón borrascoso en donde anida nuestra angustia:
la del fuego acelerándote el deseo,
la de la calle transitandome la vida.

Y nos encontramos solos,
copulando en campanarios,
celebrando sueños entre guitarras sublevadas.

Deja que tu cabellera negra desafíe al viento,
abrázame eterna conspirando en las distancias;
y, a pesar de la premura,
tu vientre aún florece para renacer de nuevo. 



Fotografía Artística
Alfred Cheney Johnston
1885-1932