domingo, 26 de agosto de 2012

Crónicas del tiempo




En los ojos de mi mundo 
está tu sombra prendida de los muros, 
el viento asolando tus cabellos,
la hojarasca acariciando tus mejillas; 
en mi mundo ruedan carrozas de mimbre, 
bellas criaturas asombradas de tus ojos, 
aves nocturnas abrumadas de penumbras. 

Los viejos muros 
en donde pende tu sonrisa,
son islotes que asombran horizontes;
formas amalgamadas 
que el sueño describe
enarbolando la angustia de no tenerte.

El tiempo, ese viejo viajero
de corbata enmarañada,
de semblante adusto
y de sonrisa larga:
sigue abrigando soledades
entre cartas desoladas
de escrituras.

Hoy, la calle tiene lenguas
amarradas de noticias,
de muertos abrigados
en átomos de vida;
de canes aullando obscenidades.

En el preludio,
la vida es una estación del tren,
con el boleto vencido a deshora.




viernes, 17 de agosto de 2012

Canción del Espejo





No somos el asombro 
reflejado en nuestros ojos, 
tampoco la sonrisa 
oculta entre las lagrimas; 
tal vez, 
una guitarra arañando los sonidos, 
o la sombra de la muerte 
cobijada en el silencio.

Escribe en el espejo
el itinerario de mis sueños,
y abriga con tu cuerpo
mis manos desgarradas;
pronuncia emocionada
la palabra equilibrada
sintiendo como fluye
mi sangre en tus entrañas.

Hoy, el viento tiene sombra,
melena sublevada,
aroma de floresta
y sigilo de protesta.
Que decir de las estancias
donde anidan los recuerdos;
aquellos que se ocultan
en paréntesis de tiempo.




martes, 14 de agosto de 2012

Crónica del día




La ventana es un calvario 
que filtra el umbral de los lamentos, 
es risa tormentosa, 
cadavérica actitud en el hueso cercenado; 
en la monotonía rumiante de los noticiarios, 
y en los dedos cruzados de los que cuentan muertos.

La cultura es el diccionario oculto de los burdeles,
la hostia mordida de los monjes caníbales;
el absurdo antejuicio de un político de mierda,
la lacerante risa de un hambriento 
alucinando en basurales.

La vida es el letrero anunciando obscenidades,
es el coro alegre de un rufián en el retrete;
es el vientre abultado de una monja parturienta,
es el tiempo rumiando en las vitrinas.

Escribo entre cilindros apostados,
vertiendo vino en los asfaltos;
hundiendo el bisturí en los almácigos. 







jueves, 2 de agosto de 2012

Caminante




A veces, caminar sin rumbo fijo, 
es un retorno; 
una mirada auscultando los recuerdos, 
una carta mutilada en el presagio, 
un pantano 
escudriñado en la maleza. 

Caminar escondido en la solapa 
de un viento subversivo,
caminar a escondidas 
en el vientre de una madre perseguida;
caminar lamiendo las heridas 
de un torturado en la penumbra,
caminar en el hambre cobijado en hojalatas, 
en mendrugos de pan untados de agonía.

Caminar sin tiempo 
coqueteando con la muerte,
burlando los barrotes del odio;
incinerando promesas de amor 
en los altares del sistema,
en donde el odio comulga 
con la sangre de cristo 
 en el cuerpo del olvido.