La historia
conmuta nuestros tiempos,
abre los espacios
para escribir nuevos vientos,
nuevas canciones,
nuevos retratos,
nuevos llantos.
Hoy, la pradera
se abulta de reclamos,
de gritos apretados en la arena,
de suplicios
grabados en la niebla.
Entonces,
no más silencios,
no más presagios,
no más reptar
en las alfombras del oprobio.
en las alfombras del oprobio.
La historia se escribe
entre lirios y canciones,
entre piedras y gemidos,
en las letras del poema.
La historia está en los rostros indignados.
Michael Cheval
Rusia
1966
No hay comentarios:
Publicar un comentario