lunes, 27 de diciembre de 2010

Recuerdos de Ayacucho




Es este el umbral
de mis recuerdos,
de los silencios comprendidos,
de los llantos desgarrados,
de los caminos transitados
en tiempos inventados.

Son las voces
trasgrediendo el orden
de los manuscritos,
escritos entre piedras,
garrotes y zandalias;
es la descripción mesiánica
de los cementerios,
donde yacen los  huesos
de los sublevados.

No una canción,
sinfonías, danzas y fogatas
alumbran con su acento 
la vastedad del ande,
las comarcas devastadas,
los cactus como sombras
apretadas en laderas siniestradas.

También los gemidos,
las lenguas
mutiladas por el hambre,
el gorrión
disecado por la nieve,
y los vientos
encrestando las montañas. 




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