domingo, 15 de abril de 2012

Grito copulante





No en el razonamiento, 
en el umbral de los sueños, 
en la mirada infinita 
que nos transporta en soledades;
en vertiginosos viajes 
hacia la locura,
a lo desconocido, 
a lo irreal y bello. 

De pronto eres lo ignoto,
lo que se pierde
en reflexivas secuencias amatorias;
y en el extravío,
el labio inerte
que no fluye en el marasmo.

Quisiera entender
el misterioso aroma de tu cuerpo,
al sucumbir a tu resquicio,
en el instante mismo 
del grito copulante.




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