jueves, 24 de mayo de 2012

Nostalgia del guerrero





El horizonte es un profano sentimiento,
es tiempo en su forma de equilibrio,
es cactus afirmando los vacíos;
es distancia
en nuestra efímera existencia.

Las aldeas del tiempo
atiborrado de pasiones,
se mecen en la cresta de los andes
sincronizando el aullido doliente de los apus.

Y aquí estamos,
esperando la hora unívoca
para incendiar los llanos;
beber presurosos la lluvia de estos lares
mascando de alegría granizadas.

No hemos muerto
a pesar de las ofrendas,
de los gritos guturales del espanto;
de las tumbas afincadas en tormentas,
a pesar de los relámpagos
silenciados con mil llantos.

Seguimos caminando,
buscando que los sueños
nos encuentren batallando,
que los pájaros nos cobijen en sus nidos
y el amanecer nos brinde su sonrisa solidaria.



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