jueves, 28 de mayo de 2015

Agonía del ser




Me quedo en silencio
alumbrándome a los sueños del olvido
al infortunio de los ojos que lamentan tu mirada
a las frases descifradas en los rincones de la vida.

Me quedo en el silencio de los cuerpos olvidados 
a los árboles que lloran la ausencia de los pájaros
a la piel de los ancianos que descifran el misterio
a todas las voces que nos llaman perseguidos.

No me digan de los mendigos 
de sus nombres encriptados en pieles de lamento
en las cartas amarradas en la mirada de la muerte
de las camas abrazadas a la agonía de los días.

No me pidas el nombre de los sueños
ni siquiera la mirada que define nuestra ausencia 
la taza rota en la que guardo mi última sustancia:

Prefiero la risa de los niños mirándose al espejo.



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