lunes, 8 de diciembre de 2014

Páramo de amor



Me pierdo en tu horizonte 
de páramos eternos
y, me asombran: 
el fulgurante espacio de tus ojos, 
clavados en los espejos del agua 
que se invierte en los abismos
 formando cañadas macizas, 
delirantes espacios que nos muerden con la lluvia,
soles inversos arengando el gentío de los pájaros.

Me pierdo en el silencio de tus ojos
 llorando en tus lágrimas de plata, 
en tu cabello frondoso de flores apretadas de rocío,
en lechos inmensos de lagos perdidos.

Es difícil deducir, 
describir, delinear los contornos de la piedra:
afirmada en el fragor de tus encantos,
en la voluptuosa simetría de las formas,
en la vibra penetrante de tus ojos que me aman,
en los lienzos cosmogénicos de tu alma.

Grito, 
y el atardecer es una ráfaga de viento,
una curva vespertina de la historia,
una furia contenida en la cañada.

Eres tan hermosa que me muerdo tu recuerdo en la amargura.


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